Papá y yo nos casamos el 8 de abril de este año, apenas tres meses después de que te fuiste, cariño....supongo que tratábamos de buscar algo de ilusión entre tanto dolor, algo alegre aunque no tuviésemos nada que celebrar.
Ese día nos regalaron varios centros de flores. El más especial fueron unas orquídeas blancas, tan bonitas... Ya sabéis cómo son las orquídeas de delicadas, al menos a mí nunca me han durado mucho tiempo.
Parece extraño pero a día de hoy, nuestra orquídea no sólo sigue con nosotros sino que tiene una flor nueva y además, seis capullitos que se van a abrir...Será casualidad, dirá todo el mundo, pero yo sé que no, para mí es una prueba de que estás aquí, Vicky, en la orquídea que yo cuido cada día.
Nadie me puede asegurar lo contrario así que ¿por qué no creer eso? Para mí lo es. Y con eso ya vale.
Te quiero princesa. No te vayas nunca mi amor.
Seguro Mercedes....un besazo
ResponderEliminarQué post tan bonito....la orquídea sigue ahí porque tiene el mejor abono...amor, amor de Vicky para vosotros. Que si no la haría durar tanto a pesar de su fragilidad. El amor que todo lo puede.
ResponderEliminarBesos mil.
Un abrazo cariño
ResponderEliminarSólo estás más sensible a lo que pasa a tu alrededor, por eso, a pesar del dolor, la sientes tan cerquita.
ResponderEliminarTe mando un abrazo inmenso y otro al cielo para nuestras princesas.
no existn las casualidades...pero si las "causalidades"...a vosotros os hace bien sentir esa presencia a través d ela orquídea no? pues estupendo...porque Vicky está en ella, en un beso, en el amanecer, en la brisa del océano....está en todo...y en todos...
ResponderEliminarJamás e irá....jamás...
Y que sepas que yo tampoco...siempre estoy por aquí...aunque no lo parezca....
Un abrazo inmensamente azul a los tres.